Disfunciones Sexuales en los Jóvenes

En los últimos tiempos existe entre los jóvenes de 18 a 30 años un aumento de las consultas por trastornos en su funcion sexual. Es lo que los Sexólogos Clínicos llamamos Disfunciones Sexuales.

La pregunta que nos hacemos es ¿por qué habria un joven de padecer alteraciones en su funcion sexual?, ¿acaso no es la juventud, la época del natural despliegue hormonal y consecuentemente de un espontáneo y saludable ímpetu sexual?, ¿por qué entonces aparecen consultas similares a las que atendemos en los grupos de edades mayores?

Como médica especialista en Disfunciones Sexuales he podido observar que cuando los jóvenes consultan por una presunta disfunción, el porcentaje real de las mismas es bajísimo. En realidad son más los casos de desconocimiento del "know how" (saber cómo), que trastornos verdaderos de la función.

Cuando reciben información y orientación acerca de cómo entender mejor su sexualidad y la de su pareja, el trastorno que motivó la consulta se soluciona enseguida, lo cual confirma su origen emocional o relacionado con conductas individuales o de la pareja que provienen de la falta de experiencia.

Son aislados los casos en que se debe recurrir a fármacos para solucionar los problemas de los jóvenes, ya sea en mujeres o en varones. Y en los tratamientos, enfatizo mucho más los aspectos relacionados con la autoestima, los miedos, las formas en que se eligen las parejas y las creencias que sostienen en sus jóvenes mentes, que los aspectos biológicos, característicos de la patología de los adultos.

Desde diferentes lugares, la sociedad está bombardeando a los jóvenes con mensajes de libertad sexual y expresión espontánea de sus impulsos, a diferencia de épocas anteriores en las cuales los mensajes eran de represión y culpabilización.

Los padres de estos jóvenes, que se sintieron reprimidos, culpabilizados y sometidos por la cultura de su época, tienen muchas dudas a la hora de cómo hablar con sus hijos sobre esto. Por un lado sienten una secreta satisfacción y una sensación de reivindicación porque sus hijos no padecen los prejuicios que ellos tuvieron que sufrir. Por otra parte tienen miedo de aconsejar, aunque piensen muchas veces que es necesario poner algún tipo de límite a tanta libre informacion, y se sienten muy solos como padres, sosteniendo sus ideas, en medio de una catarata de estímulos de todo tipo, que sus hijos consumen con absoluta credulidad e irreflexión para luego expresar con total descuido.

¿Por qué entonces, las consultas de jóvenes siguen creciendo? ¿Si lo tienen todo a su favor?

Edad, tolerancia de los padres, aceptación social, indiferencia por lo que, en este campo, opinen las religiones que puedan profesar y sobre todo, modelos, muchos modelos mediáticos a imitar,(televisivos, cinematográficos, deportivos o del jet set).

La respuesta está precisamente en la sumatoria de todos estos factores, aparentemente facilitadores.

Para entender esto, es necesario considerar a la sexualidad en su forma íntegra, como una funcion biopsicosocial y espiritual del ser humano.

La sexualidad tiene por objeto lograr la reproducción y trascendencia de la persona, mejorar su autoestima y, a traves de ella la seguridad en uno mismo, lograr una relacion de intimidad con la pareja que conduzca a su perdurabilidad y al disfrute del placer como factor para una buena calidad de vida.

No siempre se dan todas estas condiciones simultáneamente, pero en general, las personas que disfrutan de una sexualidad plena, es porque satisfacen la mayor parte de las mismas.

Si analizamos rápidamente las relaciones que dan lugar a la sexualidad de la mayoria de los jóvenes, podemos ver fácilmente que los factores mencionados raramente aparecen.

Liderados por ejemplos de adultos que trivializan las relaciones de pareja, que son poco cuidadosos en la eleccion del compañero/a, que consideran a la pareja algo transitorio y carente de compromiso y estabilidad, los jóvenes, sin ninguna experiencia de la vida por su parte, dificilmente puedan lograr una adecuada intimidad, que es la condición de confianza y seguridad en su compañero/a, que necesitan para poder mostrarse vulnerables, sentirse apreciados sinceramente, revelar sus recién nacidos sentimientos en profundidad y poder actuar recíprocamente con el otro.

Esta situación impide que cada uno de estos jóvenes pueda desarrollar una verdadera autoestima, siendo ésta, reemplazada por una apariencia, maquillada a demanda de lo que supuestamente pretende la otra persona, ya que éste es el precio que se debe pagar para ser "querido" o para "no quedarse solo".

Al ser prácticamente dos desconocidos, los potenciales miembros de la supuesta pareja, deben invertir un monto enorme de energia, para tomar las precauciones necesarias y prevenir los embarazos, para evitar las enfermedades de transmisión sexual y para sostener esa apariencia con que se presentan ante el otro, la cual es energía que se resta del impulso sexual natural y produce tanto estrés, que la química del organismo se resiente.

A partir de los neurotransmisores del cerebro y a través del sistema nervioso y de las hormonas, la química de la respuesta sexual se altera, afectando al sistema circulatorio y muscular, que son fundamentales para que se desarrolle una respuesta sexual normal.

Aparecen entonces síntomas de alteración en las fases de la misma, en la etapa del deseo, de la excitación o del orgasmo, en forma de trastornos de la erección, falta de control eyaculatorio, ausencia de orgasmos y muchas veces hasta con apariencia de fobias sexuales, entre otros.

Como el objetivo de los encuentros sexuales en su mayoria es impresionar al compañero/a con un rendimiento maratónico, tal como se ve en los videos o se escucha en los relatos de otras personas, sin poner en duda la veracidad de los mismos, la descarga de adrenalina que se produce en el intento, aumenta, produciendo un cuadro clinico llamado "ansiedad por el propio desempeño", que contribuye a hacer claudicar muchas de las reacciones químicas que promueven una respuesta sexual saludable.

El resultado es en el o la joven, una profunda sensación de soledad, humillación ante el otro y frustración. En general se termina culpando al compañero que apenas se conoce, para ocultar la propia sensación de culpa y desilusión. Es muy comun que concluyan diciéndose mutuamente que con sus parejas anteriores esto nunca les habia sucedido.

El remedio que se autoprescriben entonces, es el cambio de compañero/a pensando que con el próximo esto no volverá a suceder.

Lamentablemente las parejas cambian con frecuencia pero la fisiologia del organismo humano no cambia y, al reiterarse situaciones similares, da respuestas parecidas una y otra vez.

La sexualidad de los jóvenes de hoy esta lejos de ser placentera, saludable y libre de conflictos, pero no por la existencia de causas patológicas, sino por la distorsión del concepto de sexualidad y el desconocimiento de sus bases científicas. También por la ausencia de un significado profundo en las relaciones de pareja y por la exclusión en las mismas, de principios tales como el respeto, la consideración, el altruismo, el aprecio verdadero, la sinceridad y la madurez.

Las fuentes desde donde surgen los mensajes contradictorios y engañosos que los jóvenes consumen sin filtro alguno, deberian detenerse a reflexionar por un momento, adonde estan conduciendo a toda una generacion.

Los padres, por su parte, que los aman y desean lo mejor para ellos, deberian ayudarlos a tomar conciencia de que la mejor sexualidad en una pareja, es la que permite la expresión plena de los sentimientos mutuos, el sano disfrute de cuerpos saludables y la elevación compartida del espíritu humano.

Visite los Artículos: