Respuesta Sexual Humana

La Función Sexual es una respuesta fisiológica del organismo, al igual que la Función Cardiovascular, Respiratoria, Auditiva o Inmunológica, entre muchas otras que realiza el mismo para poder subsistir.

Si bien la primera no es una actividad indispensable para la conservación de la propia vida, como algunas de las otras mencionadas, resulta fundamental para mantener la calidad de la misma y la sensación de bienestar y armonía biopsicológica.

La Sexualidad tiene como objetivos principales:

  • La reproducción y la trascendencia de las personas, que son necesidades biopsicoespirituales de todo ser humano.
  • La elevación de la autoestima a través del logro de una mayor seguridad individual y el desarrollo de la autoconfianza, que proviene tanto de la mirada y aprobación de uno mismo como del modo en que la persona amada nos mira y aprueba.
  • La comunicación amorosa verbal y no verbal entre los miembros de la pareja y el logro de una mayor intimidad emocional que favorece un vìnculo màs profundo y satisfactorio.
  • La salud a través del reforzamiento del sistema inmunológico, como han demostrado los ùltimos estudios cientìficos sobre sexualidad.
  • Todo ello unido al placer, que desde el punto de vista de la salud, es un importante componente del equilibrio psicológico, fìsico, espiritual y social que el ser humano necesita para desempeñarse en plenitud en casi todas sus áreas de acción.

Funciones de la Sexualidad

  • Reproducción – Trascendencia
  • Autoestima – Seguridad personal
  • Comunicación – Persistencia de la pareja
  • Intimidad emocional – Confianza – Protección mutua
  • Placer – Sistema inmunológico – Salud
  • Integra los aspectos espirituales, emocionales y físicos del individuo

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define el concepto de salud sexual como un estado de armonìa bio-psico-social y ecológica a través de los mecanismos vasculares, hormonales, neurológicos y psicoquìmicos (entre los que se conocen hasta ahora) y que permiten una comunicación emocional, espiritual y fìsica entre las personas.

¿Qué es la Respuesta Sexual?

Biológicamente es un conjunto de reacciones bioquímicas, hormonales, vasculares y neuromusculares que se producen en las personas como respuesta ante determinados estímulos, que son interpretados por el cerebro como estímulos amorosos.

También puede definirse como la respuesta emocional y sociocultural ante estímulos afectivos que permiten la comunicación sexual de las personas.

La atracción sexual es un conjunto de sensaciones psico-biológicas y espirituales y la respuesta sexual humana es su consecuencia lógica.

El secreto de estas sensaciones tan excitantes y turbadoras se encuentra en la química de nuestro organismo. Desde hace varias décadas los investigadores vienen descubriendo que detrás de cada función psicofísica existe una serie de sustancias químicas que son las responsables de esas actividades.

Todo comienza en el cerebro, con sustancias llamadas neurotransmisores que promueven la actividad de otras sustancias químicas del mismo cerebro o de órganos más alejados como las glándulas suprarrenales, los ovarios, los testículos, la glándula tiroides y muchos otros.

Por ejemplo, el deseo sexual no podría existir si una hormona llamada Testosterona no estuviera circulando en cantidades específicas en la sangre de hombres y mujeres. Su disminución por debajo de ciertos niveles, contribuye al DSI o Deseo Sexual Inhibido que es una disfunción. (Ver Disfunciones Sexuales).

Cada sensación corporal o emocional que tenemos, como placer, miedo, ternura o rabia son la manifestación de cambios químicos que se producen en el organismo y que son procesadas por el cerebro, que le da significado y entidad. El ser humano funciona como un procesador interminable de sustancias químicas como la adrenalina, las endorfinas, la oxitocina, los estrógenos, los andrógenos y cientos de otras. Estas sustancias deben mantener un saludable equilibrio entre ellas para que nuestra sexualidad funcione adecuadamente y existen muchas situaciones en las cuales este equilibrio se rompe. (Ver el artículo "El amor tiene una fórmula química partes 1 y 2)

Fases de la Respuesta Sexual

Se llaman así a las diversas etapas que se producen como consecuencia del encadenamiento de las situaciones fisiológicas durante la respuesta sexual y son las fases de Deseo, Excitación, Orgasmo y Resolución (también llamadas de Detumescencia o Satisfacción).

Respuesta Sexual

Respuesta Sexual
Fase de Deseo
Vista conección cerebro genital

Es la percepción del propio interés al acercamiento físico con la otra persona. Depende de muchos factores como los sentidos, principalmente la vista en el varón y el oído en la mujer, y está modulada por la hormona Testosterona. Las percepciones que provienen de los sentidos, impactan en la zona del Sistema Límbico del cerebro y continúan con la liberación de neurotransmisores cerebrales que desencadenan la siguiente fase de la respuesta sexual.

Emocionalmente está relacionada con una serie de parámetros psicoespirituales que impulsan a las personas a elegir a un cierto tipo de personas y no a otras. Por ese motivo la atracción es una sensación personal y muchas veces incomprensible, ya que no depende de la lógica ni del razonamiento.

Por ese motivo, el hecho de sentir atracción por una persona no significa necesariamente que al conocerla con mayor profundidad la atracción continuará. Muchas veces son sensaciones fuertes pero fugaces, ya que no están basadas más que en el aspecto físico o el comportamiento social momentáneo de las personas que nos atraen. (Ver El amor tiene una fórmula química partes 1 y 2)

Fase de Excitación
Conección cerebro vascular

Conección neuro genital

Es el paso siguiente en el cual los neurotransmisores cerebrales y otras sustancias químicas estimulan a los aparatos Circulatorio y Respiratorio, provocando el aumento de la frecuencia cardiorrespiratoria, el mayor aflujo de sangre a los órganos sexuales, la oxigenación de los tejidos y la confluencia de las funciones hormonales del organismo. Todo esto produce sensaciones corporales de mucho placer por la liberación de Endorfinas y a veces también de gran ansiedad, por la liberación de Adrenalina.

Esta fase de la respuesta sexual tiene carácter voluntario que significa que su duración depende de la voluntad de los miembros de la pareja, puede durar el tiempo que ellos lo deseen, utilizando las técnicas y estímulos adecuados.

En esta etapa es fácil observar cuando aparecen Disfuniones Sexuales como la Disfunción Eréctil en los hombres, en los casos en que existen enfermedades del aparato cardiovascular como Hipertensión arterial o Diabetes, o debidas a la ingestión de medicamentos para tratar diferentes patologías, cuyos efectos secundarios pueden provocar estas alteraciones o simplemente cuando hay estrés.

En las mujeres, en la época del Climaterio, después de intervenciones quirúrgicas en la zona pélvica o debido también a la toma de ciertos medicamentos como los antidepresivos IRSS (inhibidores de la recaptación de la serotonina) que bajan el deseo sexual o anticonceptivos, entre otros, puede ocurrir la ausencia de lubricación vaginal con dolor en las relaciones sexuales (dispareunia) y también la falta de sensación de excitación (Disfunción subjetiva).

Esta fase de la Respuesta Sexual suele producir desconcierto en los varones y enojo en las mujeres hasta el día de hoy, debido a la falta de conocimiento de las diferencias fisiológicas en los tiempos de unos y otras.

Estas diferencias en los tiempos se producen debido al mayor volumen de sangre que debe ingresar a la pelvis femenina durante esta etapa (alrededor de 1 litro) mientras que en los órganos genitales masculinos, el volumen necesario para que se produzca una erección es mucho menor (250 a 300ml).

Se suma a este hecho, la capacidad de bombeo del corazón masculino, mayor que la del femenino y el calibre de sus arterias principales, también mayor, que permite un mayor aflujo de sangre por minuto. Por eso es mucho más frecuente que las mujeres necesiten un tiempo más prolongado de estímulo (alrededor de 30 minutos en promedio), antes de iniciar la fase siguiente, mientras que los varones llegan con mayor rapidez a la misma.

Aparato genital masculino

También puede suceder que, sin existir patología orgánica, pueda estar presente algún factor emocional que produzca trastornos en esta fase, lo cual se evidencia por la desaparición del nivel de excitación ya alcanzado o por un cuadro llamado Ansiedad por el Propio Desempeño que genera estrés con una gran descarga de adrenalina. En muchos casos el encuentro sexual debe interrumpirse llegados a este punto, porque desaparece la erección lograda en el varón, por producirse un vaginismo situacional en la mujer o simplemente porque uno de los miembros de la pareja se distrae y se desconecta del encuentro con su compañero/a.

En esta fase del encuentro sexual, se lleva a cabo la penetración o introducción del pene en el interior de la vagina, muchas veces hacia el final de la misma y en otros casos promediando esta etapa.

En los varones la penetración, también llamada coito, provoca un aumento importante de las sensaciones placenteras, contribuyendo a desencadenar la siguiente fase, la del orgasmo.

En las mujeres también puede suceder esto, pero en muchos casos ocurre lo contrario; al tener menos sensibilidad en el interior de la vagina, la mujer puede llegar a sentir una disminución de las sensaciones estimulantes que retrasan la llegada de la fase siguiente. En muchos casos desaparecen las sensaciones excitatorias alcanzadas durante las etapas previas, casi por completo, sintiendo la mujer una sensación de gran frustración y desconcierto.

Fase de Orgasmo

Es el momento en el cual se desencadena un reflejo neuromuscular sumamente placentero, que dura entre 2 y 7 segundos, como consecuencia de las contracciones de los músculos pélvicos, con liberación de la hormona Oxitocina en el cerebro y su circulación en la sangre.



Genitales femeninos

En las mujeres el orgasmo consiste en contracciones musculares que se perciben en la zona genital y se pueden extender hacia la zona glútea, al interior de los muslos y hacia el abdomen. Muchas mujeres lo perciben en la totalidad de su cuerpo.

Si bien los orgasmos son de corta duración, hay mujeres que pueden percibir varios en forma consecutiva, son los llamados multiorgasmos.

En general es necesaria la estimulación de los órganos genitales, la vulva, los labios externos e internos, el clítoris que es el órgano exclusivamente destinado a producir el reflejo orgásmico, para que el reflejo se produzca. Sin embargo es sumamente importante y, para muchas mujeres indispensable, el paso por todas las etapas anteriores y el respeto por los tiempos mencionados más arriba.

Existen mujeres que pueden lograr sensaciones orgásmicas con pensamientos y fantasías o escuchando la voz de su pareja sin llegar al estímulo corporal, lo cual nos informa de la gran importancia que tienen para la mujer los pensamientos propios y las actitudes de la pareja que la mantienen motivada.

El mito del orgasmo simultáneo y vaginal

Muchas parejas creen que el reflejo orgásmico se produce como consecuencia de la penetración vaginal exclusivamente o principalmente; esto es un error de concepto. También creen que deben pretender el logro de un orgasmo en forma simultánea, lo cual también es un error.

Los varones poseen una gran sensibilidad en el pene, la cual aumenta a un grado máximo en el momento de la penetración vaginal, como se señaló antes, en cambio las mujeres tienen muy poca sensibilidad dentro de la vagina, debido a la escasa cantidad de terminaciones nerviosas. No olvidemos que el conducto vaginal está diseñado también para el parto, por lo cual esta poca sensibilidad es una gran ventaja en el momento del nacimiento. El desconocimiento de este hecho anatómico es la fuente del difundido pero erróneo concepto de que basta con la penetración para que las mujeres logren el clímax orgásmico.

En la cara interna anterior o superior de la vagina, a un centímetro aproximadamente del hueso púbico, según los estudios recientes, existe una zona provista de nervios sensoriales, que provienen de las ramas de los nervios clitorianos y que se conoce popularmente como Punto G (por su descubridor, el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg).

Aún no se conocen con certeza las características anatómicas y fisiológicas de esta zona de la vagina, ya que no ha sido estudiada suficientemente; algunos autores piensan que no todas las mujeres poseen desarrollada esta área. Esto hace que sea difícil el estímulo del Punto G durante la penetración, salvo que la pareja busque posiciones que lo faciliten, además muchas mujeres no tienen conciencia de esta zona erógena ni desarrollada la sensibilidad de la misma.

En los tratamientos sexológicos generalmente se informa a las parejas acerca de este detalle de la anatomía femenina y se enseñan técnicas para lograr sensibilizar esta zona con el objeto de lograr orgasmos durante la penetración.

Las creencias acerca del orgasmo vaginal están también relacionadas con la idea del orgasmo simultáneo, alentada por las películas de contenido erótico y por el escaso conocimiento que se tiene popularmente acerca de la respuesta sexual femenina. Si bien existe esta posibilidad, en parejas estables y que se conocen mucho, las condiciones fisiológicas y anatómicas diferentes en hombres y mujeres determinan que lo más frecuente sea llegar al orgasmo en diferentes momentos y en las mujeres sea indispensable el estímulo clitoriano y de la vulva.

Tampoco existen comprobaciones definitivas acerca de un fenómeno llamado por algunos autores eyaculación femenina.

En cambio está comprobado que existen en algunas mujeres leves pérdidas de orina durante la fase orgásmica, como consecuencia del esfínter uretral y la eliminación del producto de unas glándulas llamadas de Skene o parauretrales en algunas mujeres cuya pelvis tiene una orientación determinada, lo cual favorece este hecho.



Aparato genital masculino

En los varones el reflejo orgásmico está compuesto por dos partes. La etapa orgásmica propiamente dicha, que es un reflejo neuromuscular con sensaciones agradables, similar al de la mujer y el reflejo de emisión de semen o eyaculación, que forma parte de la función reproductiva y que produce en el hombre más sensaciones placenteras que se suman a las anteriores. En las edades más tempranas, los varones tienen la posibilidad de reiniciar el juego sexual cuando han completado esta fase; en edades posteriores y dependiendo del estado de salud, estado físico y temperamento de cada uno, los hombres por lo general necesitan de la Fase de Resolución o recuperación que dura horas en algunos y días en otros, antes de poder iniciar un nuevo encuentro amoroso.

Esta es una de las causas por las cuales muchas veces al llegar el varón a su clímax, da por terminado el encuentro sexual, aún cuando su compañera no lo haya logrado.

Esta situación produce mucho malestar en las parejas y acusaciones mutuas. Sin embargo, entendiendo el funcionamiento diferente de la respuesta masculina y femenina, se logra cambiar ciertos hábitos por otros que contribuyen al logro de un encuentro basado en la comprensión y el compañerismo, para lograr un placer compartido.

Fase de Resolución

Este es el momento de la recuperación psicofísica posterior a la cadena de eventos previos, en la cual tanto los varones como las mujeres vuelven al tono muscular que tenían previamente a la etapa de deseo, la sangre capturada en la zona pélvica vuelve a circular por todo el organismo, las frecuencias cardíaca y respiratoria vuelven a sus niveles basales y las hormonas circulantes continúan brindando sensaciones de gran satisfacción por un tiempo prolongado.

Este momento de relajación permite que los miembros de la pareja se sientan muy cercanos, que puedan compartir sensaciones similares y que cada uno pueda realizar un rápido recorrido mental y sensorial acerca de la propia experiencia, de la del/la compañero/a y del modo en que ambos han desplegado una actitud altruísta y cuidadosa hacia el/la otro/a durante el juego amoroso.

Es un momento emocional muy importante entre los componentes de una pareja, especialmente si comparten un vínculo con características de proyección a futuro y si han invertido en esta relación sexual su energía espiritual, además de la emocional y física, ya que contribuye a brindar mutuamente sensaciones de apego, confianza y perdurabilidad del vínculo.

Ver artículos Sexualidad y Madurez y Cuando no tenemos buen sexo nos peleamos muchísimo.


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